Hay muchas historias vinculadas sobre la procedencia de la tradición de los alfileres de novia.
Lo que en todas coinciden, es que, se decía que las novias no debían
quedarse con ninguno de los alfileres con los que se había hecho el
vestido, porque les traería mala suerte.
Esta superstición a lo largo de los años se ha convertido en la tradición actual de regalar alfileres a las invitadas.
Se dice que las casadas deben prenderse el alfiler boca arriba y las
solteras prenderlo boca abajo para perderle durante la noche y de esa
manera encontrar novio y ser la siguiente en casarse.
Con los alfileres artesanales se consigue evolucionar fusionando lo tradicional con lo funcional.
Por este motivo, si bien no es costumbre repartirlos en todas las
comunidades, cada vez va teniendo mayor aceptación. Ya que la novia
consigue con los alfileres artesanales, regalar a sus seres queridos en
forma de alfiler sus emociones y sentimientos. Y posteriormente las
invitadas, podrán lucir en sus solapas un original recuerdo de la boda.